MERCADOS

En una situación inédita en España, el Comité Español de Ética de la Investigación urgió el 11 de junio a la Universidad de Salamanca a verificar de manera “exhaustiva e independiente” las “presuntas malas prácticas” de su rector, Juan Manuel Corchado, uno de los científicos más citados del mundo gracias a miles de autocitas, a apremiar a sus propios trabajadores para que le citasen y a decenas de perfiles falsos dedicados a mencionarle. El Consejo de Gobierno de la universidad ha elegido este miércoles al coordinador “experto, independiente y externo” de esa inspección: Salvador Rus Rufino, un catedrático de la Universidad de León que ha calificado las informaciones sobre Corchado de “ataques” a la Universidad de Salamanca.

Vox barajó a Rus Rufino para ser consejero de Cultura de la Junta de Castilla y León, según publicó en 2022 el diario ABC, en el que este catedrático de Historia del Pensamiento es columnista. En su colaboración del 21 de mayo, Rus Rufino sugirió la existencia de una conspiración contra Corchado. “Desde hace unos meses la Universidad de Salamanca ha sido objeto de algunos ataques y de críticas que ponen en duda su prestigio. La institución en estos momentos está sometida por parte de un grupo de comunicación a un escrutinio permanente reclamando integridad, transparencia y buena praxis académica en la investigación y en la transferencia de los resultados que no parece aplicarse igualmente a otras universidades. El centro de los ataques en las últimas semanas es el recién elegido rector de la Universidad”, afirmó el catedrático de León. “Debemos usar la misma vara de medir para todos, porque utilizar diferentes raseros para situaciones equivalentes conduce a la sospecha de que las acusaciones responden a un interés concreto y, por tanto, pierden credibilidad”, añadió.

Justo un mes después de la columna de Rus Rufino poniendo en duda las informaciones sobre Corchado, la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) emitió un duro comunicado, en el proponía nuevas elecciones al rectorado salmantino y una comisión realmente independiente que investigue al actual rector. “Su reputación como investigador está clara y gravemente en entredicho, lo que sin duda alguna salpica la reputación de la propia Universidad de Salamanca y, por extensión, la de la universidad española en su conjunto, tanto en el plano nacional como en el internacional”, alertó la COSCE, una organización que agrupa a 88 sociedades que representan a más de 40.000 científicos.

Más de 220 profesores de la institución salmantina han firmado desde el 17 de junio un manifiesto que exige una investigación independiente, sin intromisiones de su rector. “Como estos hechos pueden afectar al prestigio del sistema universitario y científico español, recomendamos que se contacte con la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) con el fin de que proponga expertos independientes ajenos a la Universidad de Salamanca para la comisión investigadora”, proponen los firmantes, entre los que figuran medio centenar de catedráticos y 15 exvicerrectores.

Los profesores críticos han denunciado que el Consejo de Gobierno de la universidad desestimó el 27 de junio que fuese la CRUE la que coordinase la investigación al rector. El propio Corchado acudió a esa sesión y solo se ausentó en el momento de la votación. El Consejo de Gobierno está presidido por el rector, que además nombra directamente a 10 de sus 53 miembros. 30 de ellos han votado este miércoles a Rus Rufino.

Hemos perdido una gran oportunidad de contener y aclarar la sangría reputacional de la Universidad de Salamanca y del propio rector Corchado

Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca

El politólogo Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, muestra su decepción. “Hemos perdido una gran oportunidad de contener y aclarar la sangría reputacional de la Universidad de Salamanca y del propio rector Corchado. Debía haberse aceptado la mediación de la CRUE, que ofrecía garantías a todos, y no acogerse a la propuesta del propio rector de que le investigue un comisionado nombrado por un órgano en el que tiene mayoría”, opina Sánchez. “Además, la persona propuesta no es ajena a la Universidad de Salamanca, pues es miembro de uno de los institutos [el Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas y de Humanidades Digitales] y, sobre todo, Rus Rufino ha dejado por escrito en el ABC que se trata de un caso de persecución mediática, centrando así la atención en el mensajero y no en los hechos”, recalca el politólogo.

José Antonio Sendín, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Salamanca, también pone en duda la idoneidad de Rus Rufino —”Ni siquiera tiene un perfil científico”— y cree que los resultados de su investigación serán inaceptables. “El procedimiento está viciado desde el principio. No arroja ningún tipo de garantía de independencia ni de imparcialidad”, sostiene. Corchado y Rus Rufino se conocen y han participado juntos en diferentes actos en los últimos años.

Mientras, el clamor contra las prácticas de Corchado crece. El también catedrático de Ciencias de la computación de la Universidad de Salamanca era hasta hace unos días uno de los 15 miembros de la junta directiva de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial (AEPIA). Tras unas elecciones, han repetido todos menos Corchado, cuyo nombre y foto han desaparecido de la web. La presidenta de AEPIA, Alicia Troncoso, explica que la posición de su asociación está representada en el comunicado de la COSCE, que pedía una investigación realmente independiente y sugería convocar nuevas elecciones a rector en la Universidad de Salamanca.

Troncoso, catedrática de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), también apoya el manifiesto de la organización de referencia en el sector. “La Sociedad Científica Informática de España (SCIE) está comprometida con los más altos estándares de integridad y responsabilidad, por lo que reprueba todas las actitudes y comportamientos que supongan una falta de ética y malas prácticas en la publicación, como los que han denunciado medios de comunicación”, defiende ese comunicado, publicado el 20 de junio sin mencionar explícitamente a Corchado.

La ministra de Ciencia, Diana Morant, ha subrayado la necesidad de una inspección imparcial. “Lo que hemos hecho nosotros como Ministerio y como Gobierno ha sido pedir un informe al Comité Español de Ética de la Investigación, que para eso está. Y lo que ha hecho el comité de ética ha sido mandatar a la Universidad de Salamanca a que haga una investigación independiente y con garantías de que arroje luz sobre las graves acusaciones que está recibiendo el rector de Salamanca”, declaró Morant el 18 de junio en una entrevista en el programa La noche en 24 horas, de TVE.

Además del informe del Comité Español de Ética de la Investigación, el manifiesto de los 220 profesores de la Universidad de Salamanca y los comunicados de la COSCE y la SCIE, la editorial Springer Nature ha iniciado una inspección de las publicaciones de Corchado y, el 14 de junio, la Agencia Estatal de Investigación, perteneciente al Ministerio de Ciencia, anunció que ha “suspendido de forma cautelar” su colaboración con el rector. Pese a ello, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, mantienen su apoyo a Corchado, que maneja un presupuesto de casi 290 millones de euros y quiere construir un nuevo campus en los antiguos terrenos de Mercasalamanca.

El catedrático de Ciencias de la computación se presentó el 7 de mayo como único candidato en las elecciones a rector y recibió 2.131 votos a favor, un 6,5% de los 33.000 universitarios que estaban convocados a votar. Casi la mitad del profesorado permanente (titulares y catedráticos) votó en blanco, tras un llamamiento a expresarse así en señal de protesta. Corchado, por el momento, ha optado por el silencio y por identificar las informaciones y comunicados sobre él con ataques a la Universidad de Salamanca. “Quiero alinearme con la preocupación manifestada por preservar el prestigio y la historia de nuestra Universidad, si bien no puedo compartir el modo en que dicha preocupación se expresa. Creo que ni determinados medios de comunicación ni ciertos escritos con efecto mediático están siendo instrumentos aptos para preservar tal prestigio e historia”, afirmó el rector el 19 de junio en una carta enviada a la comunidad universitaria.

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