MERCADOS

Yolanda Díaz echa el resto en la campaña de Sumar al Parlamento Europeo. Ante un escenario electoral que les es desfavorable, con el auge de las extremas derechas en todo el continente y un contexto español muy centrado en la pugna bipartidista, la candidatura liderada por Estrella Galán venderá la influencia de su formación en el Gobierno y el empuje de políticas de izquierdas en el proyecto del Ejecutivo como “excepción” en Europa. La lista encabezada por la exdirectora de CEAR —un perfil de reconocido prestigio por su trayectoria en la defensa de los derechos de las personas migrantes, pero desconocido aún para el gran público— ha diseñado una ruta con una fuerte presencia de la vicepresidenta segunda del Gobierno, que arropará a la candidata en más de una decena de actos. La coalición multiplicará sus mítines en Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña, principales caladeros de voto de Sumar. Y dará la batalla en Andalucía para tratar de movilizar al electorado progresista en una de las comunidades fundamentales para la izquierda.

Este viernes y bajo el lema Planta cara la cabeza de lista inauguró ya un fin de semana frenético junto a Díaz en Jerez, está este sábado en Madrid y el domingo en Las Palmas. La campaña arrancará unas horas antes del inicio oficial el jueves 23 en la capital, donde también se celebrará el acto central del domingo, 2 de junio, con la propia vicepresidenta y los siete primeros candidatos —tantos como partidos integran la papeleta—, y terminará en Valencia. La titular de Trabajo acudirá, además, a Galicia, Zaragoza, Gijón, Barcelona, Sevilla, Córdoba y Málaga. Después de las tensas negociaciones con los partidos para elaborar la lista, en la coalición subrayan ahora que será una campaña “coral”, con una importante presencia de las organizaciones que la componen (Movimiento Sumar, Catalunya en Comú, Compromís, Izquierda Unida, Más Madrid, Verdes Equo y Chunta Aragonesista).

En la plataforma de Díaz son conscientes de que los comicios del 9 de junio, que definen como una de las citas “más importantes de las últimas décadas” por lo que significan para el futuro del proyecto europeo, se juegan en un marco muy complicado para ellos, con una fuerte disputa nacional entre PP y PSOE que puede acabar desdibujándolos. Las elecciones llegan, además, en un momento de cierta fortaleza del PSOE, impulsado por el efecto de la carta de Pedro Sánchez y el resultado histórico del domingo pasado en las catalanas. Los socialistas han elegido a una aspirante muy popular, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que refuerza también el perfil verde de su candidatura (otro de los atributos también de Sumar, que divide a sus aspirantes entre el grupo de los Verdes y el de La Izquierda en la Eurocámara).

Los comicios se celebran, de nuevo, con el espacio a la izquierda del PSOE dividido, frente a un Podemos que ha endurecido el tono contra el Gobierno desde que está en la oposición y lleva desde diciembre promocionando a Irene Montero. Y cuando Sumar, sometida a un fuerte estrés electoral en su primer año de vida, apenas empieza a desplegarse en los territorios. Por eso, en el espacio reconocen que la consolidación del proyecto vendrá en una fase posterior a los comicios, aunque aspiran a retener el voto —Unidas Podemos logró seis eurodiputados en 2019— con una candidata que lleva 25 años trabajando en la defensa de los refugiados y las personas migrantes. Galán se ha posicionado en contra del Pacto europeo sobre Migración y Asilo, una diferencia fundamental con los socialistas que con probabilidad Sumar explotará en la contienda.

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