MERCADOS

Con las manos en los bolsillos, y la gorra blanca que luce en sus comparecencias, Kylyan Mbappé irrumpió a paso lento en la atestada sala de prensa del Volsparkstadion de Hamburgo. Contemplaba sus propias pisadas hacia el atril meditabundo, consciente de que juega dos partidos de suma trascendencia a la vez. El de esta noche (21.00, TVE1), correspondiente a los cuartos de final de la Eurocopa contra la Portugal de su ídolo de la infancia Cristiano Ronaldo, y el del domingo, cuando se celebrará la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas.

Después de sus manifestaciones de hace dos semanas en las que se posicionó en contra de la ultraderecha francesa que lidera Marine Le Pen, Mbappé intuía que este jueves le preguntarían por el triunfo de Jordan Bardella, candidato del ultranacionalista partido Reagrupamiento Nacional (RN) y por los definitivos comicios de este domingo. No dudó en responder y menos aún de sus convicciones. “Creo que más que nunca necesitamos ir a votar. Esto es realmente urgente. No podemos dejar nuestro país en manos de esta gente”, dijo en referencia a un posible triunfo del RN. “Es realmente urgente. Hemos visto los resultados, es catastrófico”, advirtió. Mbappé reclamó el apoyo para el cordón sanitario que intenta crear la izquierda y la derecha moderada con el fin de evitar el triunfo del ultranacionalismo que representa RN. “Esperemos que esto cambie y que todo el mundo se movilice para votar al lado bueno”, deseó.

Desde que llegaron a Alemania, Mbappé, Marcus Thuram, Jules Koundé, Ousmane Dembélé y Aurélien Tchoumameni han manifestado su preocupación por la posibilidad de que el partido de Le Pen se haga con el poder legislativo. Todos han obviado el intento de la federación francesa por mantener la neutralidad. La mayoría se han criado en suburbios con un alto índice de la inmigración que compuso la Francia multirracial campeona del mundo en 1998 y en 2018. Mbappé incluso respondió con gracia a una broma de un periodista al que no localizaba en la sala de prensa. “Kylian, aquí, a tu extrema izquierda”, llamó su atención el reportero. “Afortunadamente no estás al otro lado”, respondió Mbappé. La carcajada fue generalizada.

Focalizado ya en el partido, Mbappé mostró su profundad admiración y respeto por Cristiano. Les separan 14 años de diferencia y el luso forma parte de sus recuerdos desde que con ocho años logró que este le firmara un autógrafo en una zona mixta en el estadio del Marsella. Después, en 2012, tuvieron un encuentro en Valdebebas cuando Mbappé tenía 14 años y meditaba pasar a engrosar la cantera del Real Madrid. Una docena de años después, Mbappé está a punto de comenzar su carrera como madridista y Cristiano da los últimos coletazos en Arabia. “Es un honor enfrentarme a Cristiano. Todo el mundo sabe la admiración que le tengo. He tenido la oportunidad de hablar con él. Estamos siempre en contacto y me da muchos consejos. Poco importa lo que ha hecho en el fútbol, poco importa lo que pasará después del partido, seguirá siendo una leyenda”, aseguró Mbappé. “Hay que apreciar lo que ha sido y cómo se ha reinventado”, prosiguió el galo encadenando loas a CR7; “ha marcado la historia del fútbol, ha inspirado a generaciones”.

El partido puede deparar la simbólica abdicación de Cristiano y la coronación de Mbappé. Sin embargo, este no quiere entremezclar su carrera con la de su ídolo. “Cristiano solo hay y habrá uno”, recalcó. “Yo sigo mi carrera. Tuve la suerte de tener la oportunidad de empezar a vivir mi sueño en el Real Madrid. Espero escribir una gran historia allí, pero no voy a ir a escribir la continuación de la historia de Cristiano”, prosiguió Mbappé antes de sentenciar: “Espero hacer algo único, pero será diferente”.

Mbappé y Cristiano llegan a la cita sin haberse exhibido en lo que va de torneo. El primero, incómodo por jugar con la máscara que le protege la fractura de nariz que se produjo en el primer partido ante Austria, cuenta de penalti el único tanto de elaboración propia de los tres que suma Francia. Los otros dos, del austriaco Wöber y el belga Vertonghen, fueron en propia puerta. Deschamps aún no ha logrado encontrar la fórmula y los acompañantes para que Mbappé explote en esta Eurocopa. Cuando lo ha hecho jugar por el centro, ha recibido demasiado de espaldas, y cuando lo ha situado caído a la izquierda, su posición preferida, no ha roto en profundidad. Esto provocó que ayer le cuestionaran por una posible pérdida de potencia para realizar esas arrancadas con las que deslumbró en el Mundial de 2018. “Un delantero tiene que adaptarse a todas las situaciones que tiene, a las características de sus compañeros. Mucha gente cree que soy un jugador diferente, pero teníamos un equipo distinto hace años. Por ejemplo, estaba Pogba, que cuando ibas al espacio sabías que la pelota llegaba a tu pie. Ahora puedo jugar menos al espacio porque tenemos jugadores que no lanzan tanto. Si hay espacios, los devoro y si hay mañana, espero marcar”, zanjó.

Si Mbappé solo ha marcado un gol, Cristiano aún no se ha estrenado. Pudo hacerlo ante Eslovenia, pero Oblak le detuvo el penalti que hubiera evitado la prórroga y la definitiva tanda. Tras firmar 10 goles en nueve partidos de grandes torneos entre 2018 y 2022, Ronaldo no ha marcado en ninguna de sus últimas ocho participaciones entre la Eurocopa 2021 y el Mundial 2022. En Portugal, sus críticos piden que salga del once. Pero para Roberto Martínez es intocable porque no tiene otro goleador, según fuentes próximas al técnico español. Martínez aclara que en la fase de clasificación fue el máximo goleador. Y Deschamps tampoco se fía: “Como siempre es una amenaza, tiene la capacidad de ser decisivo”.

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