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La NASA y Boeing han descartado el regreso a tierra de la nave espacial Starliner en las próximas dos semanas. Mientras tanto, se toman un tiempo extra para seguir analizando los fallos detectados durante su acoplamiento a la Estación Espacial Internacional (ISS). En la primera misión tripulada del fabricante privado Boeing a la ISS, el capitán Butch Wilmore y la piloto Suni Williams llegaron en la cápsula —bautizada Calypso, como el buque de Jacques Cousteau el pasado 6 de junio a la estación con el plan inicial de permanecer allí ocho días. Tras sucesivos retrasos, la cancelación del regreso previsto para mañana día 26 supone que, salvo emergencia, los dos astronautas estadounidenses pasarán allí al menos un mes.

En un comunicado publicado por la agencia espacial de EE UU, la NASA y Boeing han explicado los motivos de este aplazamiento, sin comunicar una nueva fecha. En primer lugar, se trata de evitar que el regreso de la Starliner coincida cerca de dos paseos espaciales previstos para esta semana y la próxima; y eso también permitirá seguir analizando los fallos detectados en los sistemas de propulsión al llegar a la ISS. Steve Stich, director del programa de vuelos comerciales tripulados de la NASA, ha declarado que “nos estamos tomando nuestro tiempo y siguiendo el proceso estándar de nuestro equipo de gestión de misiones. Estamos dejando que los datos guíen nuestra toma de decisiones en relación con la gestión de las pequeñas fugas del sistema de helio y el rendimiento de los propulsores que observamos durante el encuentro y el acoplamiento”.

Pese a que todavía no hay fecha de regreso, no se producirá antes del 2 de julio, fecha del segundo de los paseos espaciales previstos. A partir de entonces, “la agenda de la ISS está relativamente despejada hasta mediados de agosto”, explica el comunicado de la NASA, que afirma que no hay ninguna prisa para que los dos astronautas regresen a tierra, pues en la estación espacial hay suficientes provisiones. Además, la agencia estadounidense aclara que, en caso de emergencia en la ISS, Wilmore y Williams están autorizados a tomar la nave Starliner y regresar en cualquier momento.

La NASA transmite tranquilidad con respecto al estado de la cápsula y compara esta situación con la del primer vuelo tripulado de una Crew Dragon a la Estación Espacial Internacional. En aquella ocasión, en 2020, la nave de SpaceX también fue sometida a una exhaustiva revisión antes de programar los detalles del regreso, tras dos meses en órbita. Sin embargo, hay diferencias importantes entre ambos casos. Por un lado, la Starliner solo está certificada para permanecer 45 días acoplada a la ISS, por lo que su fecha tope teórica de regreso es el 21 de julio. Y además, en aquel estreno de la Crew Dragon no hubo ningún incidente.

Starliner es un modelo de nave espacial parcialmente reutilizable, formada por una cápsula que puede utilizarse hasta en 10 misiones y un módulo de servicio desechable, que son lanzados al espacio mediante un cohete Atlas V. La reusabilidad ya es una realidad con Calypso, la cápsula Starliner de esta primera misión tripulada; viaja al espacio por segunda vez, aunque ya tuvo problemas en su anterior vuelo de prueba, en el que no logró acoplarse a la ISS y tuvo que volver a la Tierra antes de tiempo.

SpaceX sigue sin tener competidores

Los problemas con las fugas de combustible helio han provocado múltiples retrasos en esta primera misión tripulada de la Starliner. Con esta nave, Boeing pretende competir con la Crew Dragon de SpaceX para ofrecer a la NASA una línea de transporte regular al espacio, desde la ISS hasta las futuras estaciones en la órbita baja terrestre. La primera fuga de helio se detectó en las pruebas preliminares al lanzamiento de la Starliner, que despegó con un mes de retraso sobre la fecha inicialmente prevista. Al llegar a la estación espacial, no pudo acoplarse en el primer intento debido al comportamiento imprevisto de cinco propulsores y, más adelante, se detectaron cinco fugas de helio —el máximo previsto— y una válvula defectuosa en el módulo de servicio. La NASA ha explicado que, pese a las fugas, hay suficiente combustible para el regreso y una válvula que reemplaza a la defectuosa.

Sin embargo, aunque esta misión acabe concluyendo con éxito, los problemas y retrasos arrojan dudas sobre cuándo la Starliner podrá alcanzar su siguiente hito: obtener la certificación para misiones espaciales de seis meses. Sin este visto bueno, que estaba previsto para 2025, la astronave comercial de Boeing no podrá realizar sus prometidos vuelos regulares. Su rival, la Crew Dragon de SpaceX, ya tiene esta licencia espacial desde 2020; y la logró al primer intento.

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