MERCADOS

Poco antes de que entren en vigor aranceles provisionales más elevados a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China, la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA) ha vuelto a advertir de las consecuencias para la economía en Europa y ha pedido que se dé marcha atrás al plan de la Comisión Europea que a mediados de junio comunicó su intención de imponer una tasa suplementaria de hasta el 38,1 % a la importación de estos automóviles por considerar que la subvención de sus baterías daña a los productores europeos.

“El objetivo declarado de garantizar unas condiciones competitivas justas y proteger a la industria nacional de prácticas desleales no se lograría”, explicó la VDA el miércoles a través de un comunicado de prensa colgado en su página web. Por el contrario, el riesgo de una escalada del conflicto comercial es “real”, señaló. “Además, perjudican tanto a los consumidores europeos como a las empresas europeas. Por lo tanto, no redundan en interés de la Unión Europea”, apuntó sobre unos aranceles que están previstos que entren en vigor este jueves.

La industria automovilística alemana lleva tiempo preocupada por estos planes, que en su opinión, solo tienen desventajas y que supondría, además, que la transformación hacia la electromovilidad también se vería obstaculizada, así como la descarbonización y la consecución de los objetivos climáticos de CO₂ de París, a los que también se ha comprometido la industria automovilística alemana, recordó la asociación. La industria automovilística europea depende actualmente de la importación de materias primas y baterías. Los aranceles de la UE encarecerían estos coches o impedirían su llegada al mercado y tampoco habría coches eléctricos más baratos que impulsaran las ventas en este segmento, señaló la VDA.

“La Comisión Europea debería renunciar a los aranceles anunciados y encontrar una solución negociada con China”, recomendó la VDA, que cree que este diálogo entre Bruselas y Pekín debe llevarse a cabo con seriedad.

La VDA no cree que las importaciones chinas de automóviles supongan una amenaza, como sugiere la Comisión Europea. “No cabe esperar una penetración excesiva en el mercado de los vehículos eléctricos de batería chinos a medio y largo plazo”, escribió la VDA e informó de que según sus previsiones actuales, la cuota de mercado de los fabricantes chinos en el mercado global de turismos en Europa se estabilizará entre el 5% y el 10%.

Según sus cifras, en 2023, los fabricantes alemanes vendieron unas diez veces más coches eléctricos en China que los fabricantes chinos en Alemania. En comparación, se vendieron cien veces más turismos en China que fabricantes chinos en Alemania. Se exportaron coches de Alemania a China por valor de 15.100 millones de euros, mientras que las importaciones de turismos desde China ascendieron a 4.000 millones de euros. Los proveedores de automoción exportaron a China piezas por valor de 11.200 millones de euros en 2023, mientras que se importaron de China piezas por valor de 2.800 millones de euros. Además, en conjunto, China fue el tercer mayor mercado de exportación de turismos de Alemania en 2023, después de Estados Unidos y Reino Unido.

Asimismo, alertaron de que existe un riesgo real de que se adopten medidas como represalia que podrían afectar especialmente a las industrias europeas orientadas a la exportación. De hecho, desde el primer momento, las autoridades chinas han rechazado los aranceles por tratarse de un “acto descarado de proteccionismo” y han amenazado, a través de la prensa oficial, con represalias como tasas adicionales a la importación de vehículos de gran cilindrada, entre otras medidas.

En su opinión, en ningún caso los aranceles podrían reforzar la competitividad de la industria automovilística alemana. En su lugar, la VDA aboga por fomentar la fuerza innovadora, garantizar acuerdos sobre materias primas y acuerdos de libre comercio con terceros mercados. “La competitividad se crea a través de la competencia”, escribió la VDA.

Los economistas alemanes, por su parte, están divididos sobre los aranceles previstos por la UE. Según una encuesta del prestigioso instituto económico Ifo, el 33% de los 162 economistas alemanes encuestados considera que los derechos compensatorios previstos por la UE son exactamente lo que se necesita para contrarrestar las subvenciones del Gobierno chino. Mientras, al mismo tiempo, el 33% opina que no sería apropiado imponer derechos compensatorios y citan principalmente el riesgo de una guerra comercial inminente, así como que los aranceles no eliminarían el dominio de los coches electrónicos chinos y que los fabricantes europeos no se harían más eficientes como consecuencia de los aranceles. “Tratar con China es todo un reto. Hay que sopesar los riesgos geopolíticos, las respuestas a la estrategia económica y exportadora de China y el mantenimiento del libre comercio”, afirma Niklas Potrafke, director del centro Ifo de Finanzas Públicas.

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