MERCADOS

La histórica y épica Georgia de ese regateador empedernido que es Kvaratskhelia, de Mamardashvili, uno de los mejores porteros de esta Eurocopa, y del sorprendente máximo goleador del torneo con tres tantos, Mikautadze, será el rival de España en octavos de final tras derrotar a Portugal. Toda una machada para una selección que bajo la dirección del francés Willi Sagnol ha logrado pasar de la fase de grupos en su primera participación en una gran competición internacional desde que Georgia ser independizara de la extinta URSS en 1991.


Giorgi Mamardashvili, Otar Kakabadze, Lasha Dvali, Luka Lochoshvili (Giorgi Tsitaishvili, min. 62), Guram Kashia, Giorgi Gvelesiani (Solomon Kverkvelia, min. 75), Giorgi Chakvetadze (Anzor Mekvabishvili, min. 80), Giorgi Kochorashvili, Otar Kiteishvili, Georges Mikautadze y Khvicha Kvaratskhelia (Zuriko Davitashvili, min. 81)


Diogo Costa, Danilo Pereira, António Silva (Nélson Semedo, min. 65), Gonçalo Inácio, Pedro Neto (Diogo Jota, min. 74), João Neves (Matheus Nunes, min. 74), Diogo Dalot, João Palhinha (Rúben Neves, min. 45), Francisco Conceição, João Félix y Cristiano Ronaldo (Gonçalo Ramos, min. 65)

Goles
1-0 min. 1: Khvicha Kvaratskhelia. 2-0 min. 56: Georges Mikautadze

Arbitro Sandro Schärer

Tarjetas amarillas
Cristiano (min. 27), Pedro Neto (min. 43), Ruben Neves (min. 52), Anzor Mekvabishvili (min. 84)

Los 30.000 georgianos que tomaron el Veltins Stadion de Gelserkinchen convirtieron el coliseo del Schalke en un volcán de furor nacional. Sin duda, Georgia es una de las grandes historias de esta Eurocopa. Su triunfo pasa a formar parte de la mística que se opone a proyectos elitistas como la Superliga.

Necesitaban los georgianos ganar a Portugal para clasificarse y lo hicieron en buena ley, con su verdad. Defensa en campo propio con diez futbolistas y contragolpes vertiginosos con Kvaratskhelia en plan maradoniano. Tuvo que sufrir Portugal a un encarador puro e inspirado. Con sus medias caídas, lo mismo limpiaba portugueses en velocidad que los bailaba con la cintura o pasándose la pelota de pie a pie sin que nadie pudiera arrancársela de sus botas.

Georgia aprovechó un madrugador error de los lusos en la salida de balón para ponerse por delante y después consumó un ejercicio perfecto para rematarlos con un penalti decretado desde el VAR.

Con el primer puesto del grupo prácticamente garantizado, Roberto Martínez quiso darle vuelo al granado y lujoso fondo de armario con el que cuenta. Solo mantuvo a tres titulares, representantes del espinazo central, el portero Diogo Costa, el mediocentro Palinha y el insaciable Cristiano. Junto a este formó Joao Félix, con el que había comenzado el ruido de sables por su inactividad. No tuvo minutos contra la República Checa cuando Portugal necesitaba remontar, ni contra Turquía con tres goles a favor. También quiso probar el técnico español con el 3-4-3. Sucedió que a los tres minutos el campo de pruebas que se presumía que iba a ser el duelo para Portugal se convirtió en un duelo exigente que remontar. Antonio Silva le regaló la pelota a Mikautadze en el centro del campo y este salió flechado hacia el área acompañado por Kvaratskhelia. Cuando el extremo del Nápoles recogió el pase aceleró aún más para citarse con Diogo Costa y superarle con un disparo cruzado.

Obligada Portugal a remontar con ese once experimental, le afloraron todos los defectos de los equipos sin hacer frente a otro dispuesto a resistir con todo. Joao Felix no ligaba con nadie y Cristiano se perdía en gestos y aspavientos contra sus compañeros o contra el árbitro. No pudo generar una ocasión clara de gol en todo el primer tiempo. En el segundo trató de enmendarse, pero se encontró primero con Mamardashvili y después con ese penalti con el que certificó su histórico pase a los octavos de final. A España le espera un rival guerrillero y orgulloso.

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