MERCADOS

En medio del constante sonido de las alarmas en el norte de Israel, la guerrilla chií Hezbolá ha llevado a cabo este jueves el que está considerado el mayor ataque contra su vecino del sur en lo que va de casi nueve meses de guerra. Al mismo tiempo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, reconoce que están “más cerca que nunca” de liberar a los rehenes que permanecen en la franja de Gaza, donde ya son más de 38.000 los muertos por ataques israelíes. De hecho, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha convocado en la noche del jueves a su gabinete de seguridad para abordar la propuesta presentada la víspera por los fundamentalistas palestinos a Qatar, Egipto y Turquía. El primer ministro israelí ha mantenido una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que le ha hecho saber que va a enviar una delegación para avanzar en las negociaciones.

En total, Hezbolá ha lanzado unos 200 cohetes y una veintena de drones. Pese a la contundencia de la ofensiva, ha dejado una sola víctima mortal, un soldado en los Altos del Golán —territorio sirio ocupado por Israel—. Se trata de uno de los miles de los reservistas israelíes que están desplegados desde hace meses en torno a la frontera en previsión de una guerra de alta intensidad que pueda llevarlos a invadir Líbano. En las últimas semanas, el Estado hebreo ha reforzado ese despliegue y prepara a sus hombres en maniobras especiales.

La guerrilla confirmó el ataque y señaló que fue en respuesta al asesinato selectivo que Israel llevó a cabo este miércoles en la ciudad libanesa de Tiro contra Muhammad Nimah Nasser, un alto mando del grupo. Hezbolá ha aprovechado el funeral de Nasser para lanzar nuevas amenazas contra Israel. “Continuaremos apuntando a nuevos sitios que el enemigo no imagina que podrían ser atacados”, dijo Hashem Safieddine, un alto cargo del grupo proiraní, durante la ceremonia, informa Al Jazeera. En respuesta, Israel bombardeó desde el aire distintas posiciones de la guerrilla.

Los sistemas antiaéreos israelíes interceptaron parte del ataque, que dejó, además, algunos daños materiales. Lo que no se puedo evitar fue que decenas de espacios abiertos acabaran siendo pasto de las llamas. Hasta 40 unidades de bomberos apoyados por 10 aviones tratan de combatir las llamas avanzada la tarde del jueves en diferentes puntos del entorno de la frontera en los que han caído los proyectiles y los aviones no tripulados. Una carretera permanece cortada por el fuego, según el diario Yedioth Ahronoth.

Avances en las negociaciones

Si en el norte no hay señales de que las partes enfrentadas caminen hacia un enfriamiento de conflicto, en Gaza, principal escenario de la guerra, florece cierta esperanza en la arena diplomática pese a que, sobre el terreno, se mantienen los ataques de las tropas de ocupación en diferentes zonas de la Franja. Hamás podría, por primera vez, aceptar avanzar en un alto el fuego cediendo a su exigencia de que eso suponga el fin total de la guerra.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, le ha comunicado a las familias de los rehenes secuestrados en Gaza desde el 7 de octubre, día que comenzó la guerra, que Israel está “más cerca que nunca” de lograr un acuerdo para poner fin al cautiverio, informa The Times of Israel citando al Canal 12. “Hace un mes era pesimista sobre nuestras posibilidades de llegar a un acuerdo en el corto plazo. Uno de mis principales objetivos en todas mis reuniones en Estados Unidos fue presionar a Hamás para que llegara a un acuerdo”, ha comentado. “Hoy, y lo digo con cautela, estamos más cerca que nunca”, ha reiterado.

Aunque no han trascendido detalles de la propuesta enviada a los negociadores para que la trasladen al lado israelí, solo la reacción de Netanyahu de movilizar una delegación, aunque todavía no se sabe adónde deberá dirigirse, es ya un signo positivo. El primer ministro Netanyahu explicó a Biden esa decisión, aunque, al mismo tiempo, “reiteró los principios con los que Israel está comprometido, especialmente su compromiso de poner fin a la guerra solo después de que se hayan logrado todos sus objetivos”, según un comunicado de la oficina del mandatario. Ambos abordaron también la propuesta de alto el fuego de Hamás, informó la Casa Blanca.

Desde octubre, solo se ha conseguido amarrar una semana de tregua. Fue la última de noviembre, cuando fueron liberados más de 100 de los 250 rehenes capturados por Hamás. Desde entonces, los contactos han sido casi permanentes y, en algunas ocasiones, se ha llegado a informar de que estaba muy cerca de un pacto. Hace un mes, Biden llegó a considerar razonable creer que el primer ministro está retrasando el final de la guerra en Gaza por razones políticas, según unas declaraciones a la revista Time.

Todavía quedan más de un centenar de secuestrados dentro del enclave palestino, unos 40 ya muertos, y traerlos de vuelta es, junto con la total aniquilación de Hamás, el objetivo que se plantea Netanyahu. Mientras, manifestaciones en Tel Aviv y en Jerusalén en la noche del jueves presionan desde la calle para que el primer ministro avance con más decisión hacia la liberación de rehenes y deje el timón del país.

Los acontecimientos, sin embargo, le están demostrando que acabar con un movimiento que es mucho más que unos mandatarios y miles de hombres armados no es sencillo. Los batallones del grupo palestino se reorganizan en zonas de la Franja en las que Israel los había dado ya por extinguidos. Esos puntos, como el campo de refugiados de Yabalia o el barrio de Shujaiya, en Ciudad de Gaza, obligan a las tropas de ocupación a regresar a puntos en los que ya habían combatido de manera intensa durante semanas.

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