Antes de nada, toca aclarar lo obvio: ¿Qué es la menstrubación? Para quienes lo oigan por primera vez, es una palabra nueva que se está introduciendo y que está compuesta por las palabras menstruación y masturbación. La menstrubación es la masturbación durante la menstruación.
Como palabra, es bastante impronunciable y no le auguro un gran éxito, pero como idea, es mágica, sobre todo si estás sufriendo dolores menstruales.
Esta palabra fue acuñada por la compañía de bienestar sexual Womanizer y la marca de copas menstruales Lunette durante una colaboración para un pequeño estudio sobre la “menstrubación”.
En ese estudio, el 43% de las 341 participantes con la regla decían recurrir a calmantes para aliviar los dolores menstruales, frente a un 42% que decían recurrir a la masturbación como método preferido para aliviar el dolor. De las 341, el 90% decían masturbarse en mayor o menor medida durante la menstruación para calmar los dolores.
Sí, la encuesta la ha realizado una empresa de juguetes sexuales con especial interés en fomentar la masturbación, pero la ciencia avala su teoría: los orgasmos alivian los calambres y los dolores de cabeza durante la menstruación, según confirma un estudio de 2013.
Los orgasmos incrementan el flujo de sangre al útero, lo que mejora la tolerancia a los calambres, explica Kate White, profesora asociada de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Boston.
“Además, los orgasmos desencadenan la liberación de oxitocina, dopamina, serotonina y endorfinas”, enumera White, que va a publicar el libro Your Guide to Miscarriage and Pregnancy Loss. “Estas sustancias químicas y hormonas están vinculadas a la relajación y a un mejor humor, por lo que los orgasmos mejoran tu bienestar físico y mental”.
La menstrubación no va a cambiar tu regla. Si sueles sangrar mucho, vas a seguir sangrando mucho, y los efectos beneficiosos de los orgasmos probablemente solo se limiten a las horas posteriores. Aun así, son unas horas que merecen mucho la pena.
Los orgasmos en general son buenos analgésicos, afirma Jennifer Lincoln, obstetra-ginecóloga y autora de Let’s Talk About Down There.
“Un estudio demostró que las mujeres tienen umbrales de dolor superiores cuando se masturban que cuando no se masturban, o sea que igual no te preocupan mucho tus calambres si no te das un poco de amor propio”, bromea.
Además, muchas personas notan un aumento del deseo sexual cuando tienen la regla. ¿Por qué no aprovecharlo? También dicen que las sensaciones son diferentes, entre otras cosas porque su lubricación interior se mezcla con la sangre de la regla, según la asesora sexual Keeley Rankin.
“Si notas que la sensación no es tan placentera, no dudes en usar lubricante”, recuerda.
Tal y como lo ve la obstetra-ginecóloga Lisa Masterson, masturbarse en el momento de mayor sangrado también es una buena forma de promover la positividad y olvidarte ya de esas ideas de vergüenza e impureza que se asocian tanto a la regla.
“Si no te sueles masturbar durante la regla, este es un buen momento para empezar a aprovechar las ventajas de ciertos cambios hormonales”, propone Masterson, presentadora del podcast Health in Heels with Dr. Lisa. “Quizás alcances el mayor orgasmo de tu vida, sola o con pareja, durante la regla”.
Dicho todo esto, si tocarte cuando tienes la regla es lo último que te apetece hacer, es perfectamente respetable.
Pero ten en cuenta otro beneficio para la salud: si tienes tendencia a sufrir infecciones urinarias, la masturbación puede ayudarte a prevenirlas (así como las infecciones de cuello uterino) a través del proceso de apertura y dilatación del cuello uterino debido a la excitación, expone Jacques Moritz, directora médica de Tia, una empresa emergente de salud de la mujer.
“Esta dilatación hace que el tejido del cuello uterino se estire y, por lo tanto, se mueva el moco cervical. Esto permite la eliminación de fluidos que están llenos de bacterias”.
Aquí van cinco consejos de varias expertas para disfrutar de la masturbación y el sexo cuando tengas la regla:
Ponte manos a la obra en cuanto sientas los primeros dolores
Al igual que cualquier analgésico, cuanto antes lo apliques, más efectivo es.
“Intenta masturbarte en cuanto notes los primeros calambres menstruales, no esperes hasta que sea tarde”, explica White.
Si no quieres dejar todo manchado, sigue estos consejos
Puedes dejarte puesto el tampón o la copa menstrual y centrarte en la estimulación del clítoris con la mano o con un vibrador, recomienda la psicóloga y terapeuta sexual Megan Fleming.
Si te preocupa manchar las sábanas, puedes usar una toalla vieja.
“Algunas clientas tienen una manta o toalla específica para cuando tienen la regla, cualquier cosa que se pueda meter en la lavadora fácilmente”, dice.
Lincoln explica que vaciar la vejiga antes de masturbarte también ayuda a expulsar la sangre o los coágulos que puedas tener en la vagina.
Si quieres jugar con un consolador, ponle un condón para facilitar la limpieza, aconseja White.
O prueba en la ducha
Si aun así te da miedo manchar mucho, la ducha o el baño son un lugar estupendo para hacerlo, porque todo lo que manches se limpia enseguida al acabar.
“Acuérdate de llevarte el lubricante contigo a la ducha, ya que el agua elimina la lubricación natural”, advierte White.
Si participa tu pareja, que sea sexo seguro
Si participa tu pareja, utilizad juguetes distintos o lavadlos bien si los vais a compartir.
“Hay virus que se transmiten por la sangre, como la hepatitis y el VIH, así que mucho cuidado”.
Recuerda: tienes derecho al placer, estés con la regla o no
No hay ningún motivo para que pongas en segundo plano tu placer (en pareja o en solitario) solo porque hayas recibido esa molesta visita mensual.
“Algunas mujeres sienten que no pueden o no deben sentir placer sexual durante la menstruación”, comenta Rankin.
“Muchas veces les recuerdo a mis clientas que no hay momentos correctos o incorrectos para buscar su placer”, señala. “Menstrúas todos los meses y, a no ser que no te apetezca nada de sexo, no hay ningún motivo para no hacerlo que te gusta”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.
