MERCADOS

Cuatro meses después del lanzamiento de la ofensiva de adquisición de Talgo, a través de una oferta pública de adquisición (opa), el empresario húngaro András Tombor ha señalado esta mañana en rueda de prensa en Madrid que el consorcio comprador, Ganz Mavag, “no tiene prisa” y se ve como “única opción de futuro” para el fabricante español. Desde su punto de vista, no hay contraopa en el horizonte capaz de ofrecer valor industrial a la firma española, de la que asegura respetar “su valor estratégico para España”. Lo que sí sería posible, ha dejado entrever Tombor, es abrir la oferta a inversores españoles para agilizar el proceso.

El camino no está siendo sencillo. Ante el análisis de la opa, y de la identidad de los compradores, que está llevando a cabo el Gobierno español, András Tombor ha querido mandar un mensaje tranquilizador al sostener que el conglomerado húngaro no tiene vínculo alguno con Rusia: “Antes de la guerra de Ucrania teníamos relación con el fabricante ruso TMH, pero fuimos de los primeros en deshacer los lazos con intereses rusos en cuanto estalló el conflicto”.

Al hilo de esta cuestión, el empresario ha pedido que se prime el análisis industrial sobre el político ante los recelos del Ejecutivo de Pedro Sánchez hacia una propuesta cercana al Gobierno del ultraderechista Víktor Orban. “Somos un inversor extranjero y es normal que quieran conocernos y saber de nuestro proyecto. Esto es habitual en estos procesos, por lo que debemos tener paciencia. Estamos aquí para explicarlo, incluido al ministro de Transporte, Óscar Puente, para poder convencerle”, ha concedido Tombor en un tono conciliador. Sobre la presencia del fondos estatal húngaro Corvinus en el capital de Ganz Mavag, con un 45%, se ha explicado que el vehículo facilita el lanzamiento de la oferta, pero no se mantendría como accionista de perfil financiero a largo plazo. En todo caso, el apoyo de fondos estatales a través de la citada Corvinus “cumple con la regulación española y comunitaria”, ha anticipado el representante del consorcio.

El estudio que lleva a cabo la Junta de Inversiones Exteriores, para su traslado al Consejo de Ministros, tiene como fecha de vencimiento el próximo 10 de agosto. “Pueden hacernos preguntas adicionales, lo que afectaría al plazo, pero esperamos que no afecte el periodo estival”. La citada junta es un órgano interministerial adscrito a la Secretaría de Estado de Comercio. La Moncloa tiene capacidad de veto a la propuesta húngara a través del escudo contra opas procedentes del extranjero, regulado a través del real decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores. Este blindaje fue activado en los primeros tiempos de la pandemia, y posteriormente ampliado, ante la pérdida de valor de importantes cotizadas, con lo que el Ejecutivo puede cerrar la puerta de entrada a partir de la toma de un 10% del capital. Pero también protege a empresas no cotizadas en operaciones superiores a los 500 millones.

Respeto a Criteria y CAF

Tombor, cabeza visible de Ganz Mavag, se ha mostrado abierto a “atender y debatir propuestas del Gobierno y del empresariado español”, con lo que ha concedido que podría darse entrada en el consorcio a inversores del país si se encuentra sentido industrial y ello mete la operación en vía rápida. También ha mostrado respeto hacia posibles interesados españoles en Talgo, como CriteriaCaixa, de perfil financiero y que precisaría apoyo industrial, e incluso el fabricante CAF, de la que no se han conocido muestras de interés, pero ha añadido que no ha mantenido contactos con ninguno de ellos. Más taxativo se ha mostrado al restar todo tipo de posibilidades a Skoda: “Fue un jugador muy importante, pero ahora está en pérdidas y no creo que pueda ofrecer valor a Talgo”.

El empresario afincado en Londres ha reconocido ante los medios que fue íntimo colaborador de Víktor Orban e integrante del Gobierno húngaro hace 22 años, pero hoy se presenta como “un hombre de negocios alejado de los intereses políticos”. El plan de Ganz Mavag puede solucionar el que, a su juicio, es el principal problema de Talgo: “Le falta capacidad industrial y nosotros la tenemos en Hungría para que puedan acceder a nuevos mercados. Talgo es un Tier 3 y podríamos convertirlo en un Tier 2, con más de 1.000 millones de facturación anual”.

La opa registrada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) valora cada acción de Talgo en 5 euros, lo que supone un montante de 619 millones de euros por el 100%. “La nuestra es una opa amistosa a un precio elevado, con financiación húngara y el visto bueno de los bancos españoles, acreedores de Talgo. Creo que los representantes sindicales también han entendido el sentido industrial de la propuesta. Espero que todo el mundo deje de centrarse en el cariz político porque no hay consideración alguna, en este terreno, ligada a esta transacción”, ha remachado el empresario.

Tras valorar “la tecnología vanguardista” de Talgo, Tombor ha aseverado que la oferta de Ganz Mavag “apoya robustamente la idea de que Talgo es una empresa icónica española, muy importante para el país. Los húngaros valoramos la importancia de las empresas estratégicas, y el componente español de esta compañía se mantendrá si nuestra propuesta es aceptada por una mayoría de los accionistas”.

El consorcio ha diseñado un plan industrial, adelantado por Cinco Días el 31 de mayo, con el que tardaría entre 15 y 18 meses en adaptar las instalaciones de su fabricante Magyar Vagon en Hungría a las necesidades de Talgo. La tecnología y el equipo directivo seguirían siendo españoles, y durante el citado periodo de transición se fomentaría un intercambio de personal húngaro y español para compartir conocimientos. La inversión inicial se ha presupuestado en 50 millones de euros para doblar la producción de trenes, de 340 a 640 coches al año.

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