MERCADOS

El Corte Inglés ya aprovecha en el mercado las ventajas de ser una empresa calificada como grado de inversión por las agencias de rating, una consideración que se otorga a las firmas con una capacidad financiera sólida para hacer frente a los compromisos financieros futuros y que en teoría, les permite acceder a los mercados en condiciones más ventajosas. Una nota que tanto Standard & Poor’s (S&P) como Fitch otorgaron el pasado 11 de junio, y que se ha traducido en un sensible abaratamiento de la financiación a corto plazo que obtiene a través de las emisiones de pagarés.

La compañía de distribución tiene en la actualidad dos emisiones en circulación en el mercado, dentro de su programa anual, con el que puede llegar a emitir hasta 1.200 millones de euros. Ambas fueron lanzadas ya con el grado de inversión en la mano. La primera, el mismo 11 de junio, fecha en la que recibió la calificación, por un montante de 100,7 millones de euros, y la segunda una semana después, el día 18, por casi cuatro millones.

Ambas cuentan con un vencimiento de apenas un mes, y cerraron su colocación con un tipo de interés del 3,8%, cuando las emisiones anteriores se situaban por encima del 4%. De hecho, El Corte Inglés no emitía pagarés por debajo de ese porcentaje desde hacía prácticamente un año, después de que las constantes subidas de tipos efectuadas por el Banco Central Europeo (BCE) incrementasen de forma paulatina el coste de esta deuda, con la que llegó a financiarse en negativo antes de la crisis inflacionaria y el encarecimiento del precio del dinero. La decisión del Eurobanco de rebajar tipos, algo que anunció apenas unos días antes de estas emisiones, también ayuda al abaratamiento de la financiación de El Corte Inglés a través de los pagarés.

Estos instrumentos cuentan con un vencimiento mínimo de tres días y un máximo de dos años y se colocan en el mercado mayorista, es decir, entre grandes inversores, con un importe mínimo por suscriptor de 100.000 euros. A través de esta vía, la compañía puede financiar su actividad corriente, muy activa en entradas y salidas de caja por su propia naturaleza comercial. Pese al encarecimiento de los dos últimos años, El Corte Inglés nunca ha renunciado a esta vía rápida de financiación al considerar, pese a todo, que el precio era mejor del que ofrecía el mercado. A cambio, los inversores obtienen una retribución a través de los intereses derivados de cada emisión, que ahora inician un camino a la baja.

La compañía que preside Marta Álvarez aprovecha así la mejora de las condiciones en el mercado de deuda, no solo con el abaratamiento de los intereses de sus pagarés, sino con su decisión de volver a la emisión de bonos. Como anunció la semana pasada, el grupo ha colocado 500 millones de euros con un vencimiento a siete años y un cupón anual del 4,25%, con una demanda que superó siete veces la oferta.

Lo hace dos años después de que decidiera amortizar una emisión de 620 millones que tenía en este tipo de instrumentos con el dinero que recibió por la alianza con Mutua Madrileña. Aquella pagaba un cupón del 3% y expiraba en 2024, y la compañía estaba calificada con una nota de BB+, inferior al escalón actual de triple B otorgado por S&P. La amortización se produjo semanas antes de que el BCE comenzara con su política de subida de tipos.

Esfuerzo financiero

La estrategia de reducción de deuda realizada por El Corte Inglés en los últimos años, junto a su buen desempeño operativo, le ha permitido obtener el ansiado grado de inversión, objetivo perseguido durante años. Su deuda financiera neta a 28 de febrero de este año, fecha de cierre del ejercicio, se situaba en 2.059 millones de euros, un 10% inferior a la del año anterior y equivalente a dos veces su ebitda ajustado.

“Estamos convencidos de la capacidad de El Corte Inglés de sostener un ratio de deuda sobre ebitda inferior al 3%, en línea con nuestras expectativas para un rating de grado de inversión”, dice S&P en su informe sobre la compañía de grandes almacenes. En él, apunta a un crecimiento de los ingresos de entre el 2% y del 5% para los ejercicios 2025 y 2026, y una estabilidad en sus márgenes. Además, subraya la capacidad del grupo para recurrir a la venta de activos no esenciales para mitigar posibles caídas de ingresos y rentabilidad, “asegurando el cumplimiento de las métricas que respaldan la calificación de grado de inversión”.

Fitch, por su parte, destaca la “disciplina financiera” del grupo para el control de la deuda y de sus costes, tras acometer planes de recorte de empleo o medidas para abaratar sus costes logísticos, aunque recuerda que la rentabilidad “sigue por debajo de la media en el sector de los grandes almacenes”.

El Corte Inglés cerró el último ejercicio con un beneficio neto de 480 millones de euros, un 45% inferior al de 2022 por los extraordinarios ligados a la entrada de Mutua en su capital en aquel ejercicio. Su ebitda fue de 1.081 millones, un 13,6% mejor, y los ingresos escalaron hasta los 16.333 millones, un 6,6% más.

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