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El contenedor amarillo recibe envases de aluminio (latas de conservas o de bebidas), de plástico (botellas o recipientes), de madera (en los que se venden las fresas) y briks, que es multimaterial. En la planta de separación se encargan de seleccionarlos por material. Una vez separados, se trasladan a instalaciones recicladoras, donde se tratan para convertirlos en materia prima.
Una forma correcta de conservar las frutas y las hortalizas (tanto las que deben ir a la nevera como las que se guardan en la despensa) es mantenerlas en su envase original, si este es la redecilla. Conviene llevar a la compra una bolsa de tela, un carro o reutilizar una de plástico para ir echando todos los productos como si fuera una cesta, pero si se utilizasen las de plástico o las fabricadas con materia orgánica disponibles en los supermercados, hay que sacar las hortalizas y la fruta cuando se llega a casa. Ahí no transpiran y se estropean con mayor rapidez.
La redecilla de los ajos replica esos botes de barro de antes que contaban con agujeros para que transpiraran y aguantaran más. Del mismo modo que las cestas de mimbre permiten que pase el aire, un lugar idóneo para las patatas.