MERCADOS

Los Ayuntamientos de España incrementaron su deuda durante el año pasado y rompieron la tendencia de saneamiento de sus finanzas municipales anotada en los años previos. Según los datos difundidos este viernes por el Ministerio de Hacienda, a cierre del ejercicio pasado, los 8.132 consistorios de todo el país registraron un pasivo conjunto de 18.145 millones de euros, un ligero aumento del 2,9% (o 500 millones) respecto a las cifras de 2022. En el siguiente mapa interactivo puede consultar la deuda de su localidad en 2023 y el cambio en los últimos cuatro años.


Pulsa para explorar »

Las cifras difundidas por Hacienda permiten comparar el incremento de la deuda durante la última legislatura de los alcaldes. Los datos reflejan que en los últimos cuatro años uno de cada tres regidores redujo la deuda. Entre los que la subieron están los sospechosos habituales. Los municipios de más de 100.000 habitantes más hipotecados son los que más incrementaron sus compromisos financieros: son Jerez, Parla, Jaén y Marbella, entre otros, una lista en la que también destaca Barcelona. La mayor parte de estas localidades arrastra problemas financieros desde hace más de una década. Durante los años del bum inmobiliario se embarcaron en ambiciosos proyectos urbanísticos que, al explotar la burbuja del ladrillo, dejaron sus arcas municipales tiritando. Aún pagan las consecuencias de aquello.

Si a los ayuntamientos se le unen las diputaciones, los consejos, los cabildos insulares y las mancomunidades —que, juntos, forman el subsector de las entidades locales—, la deuda viva total llegó a los 23.317 millones de euros, 300 más. Todas estas cifras, relativas a la última legislatura, suponen volver a los niveles previos a la crisis sanitaria y económica de la covid-19. Es algo que también certifica el Banco de España: aunque sus números exactos no coinciden con los que publica Hacienda, los dos organismos dibujan la misma tendencia a lo largo de la legislatura.

Cada ayuntamiento, sin embargo, es un mundo y mientras unos hacen más profundo el agujero, otros van achicando poco a poco agua. Del total de los municipios, algo más de 2.700 (el 33%) lograron reducir entre 2019 y 2023 el nivel de pasivo medio por habitante. A la cabeza de esta corrección estuvieron Valdeprado (Soria), Grajera (Segovia), Puebla de la Sierra (Madrid), Campo (Huesca) e Hinojosa del Valle, en Badajoz. Todos ellos, con menos de 500 habitantes cada uno, rebajaron la deuda en un umbral que se mueve entre los 2.800 y los 4.500 euros per cápita.

Por su parte, otros 1.178 consistorios (el 14,5% del total) empeoraron su nivel de deuda por habitante en el periodo analizado. En algunos municipios este deterioro es meramente anecdótico, ya que supone un incremento del agujero por persona menor a los 10 euros. En otros, sin embargo, el aumento del déficit por vecino es alarmante. Es el caso de Carrión de los Céspedes (Sevilla), la Merindad de Valdeporres (Burgos), Barbate (Cádiz), Plasenzuela (Cáceres) y, sobre todo, Huévar del Aljarafe (Sevilla). En los cuatro primeros, el crecimiento de la deuda osciló entre los 2.390 y los 3.500 euros por persona. En el último, la crecida llegó a los 5.100 euros. De hecho, su alcaldesa, la popular María Eugenia Moreno, ha solicitado al Gobierno por carta una condonación similar a la que se negocia para Cataluña y el resto de autonomías. En los otros 4.245 municipios del país (el equivalente al 52% restante), el nivel de desequilibrio se mantuvo igual que en 2019.

Las cifras de Hacienda también muestran que los municipios históricamente menos saneados han hecho más profundo su agujero fiscal durante los últimos cuatro años. Al echar un vistazo sobre los consistorios de mayor tamaño —aquellos que tienen más de 100.000 habitantes— aparecen viejos conocidos como Jerez de la Frontera (Cádiz), Jaén, o Parla (Madrid): todos ellos han incrementado la deuda por habitante en más de 700 euros en la última legislatura. A este grupo se le une la ciudad de Barcelona, con un incremento del pasivo de más de 325 euros. Al otro lado, Reus (Tarragona), Telde (Las Palmas) y Rivas-Vaciamadrid (Madrid) han logrado mejorar sus ratios, reduciendo el pasivo en hasta 690 euros por vecino.

Los números, como viene siendo habitual en la serie histórica de Hacienda, no muestran una correlación totalmente clara entre el nivel de pasivo de los Ayuntamientos y su ubicación territorial. Por regla general, suele ser habitual que los municipios peor saneados se encuentren en el sur de España. De hecho, Cádiz y Jaén son las provincias cuyos Ayuntamientos suman más deuda por habitante, por encima de los 1.000 euros per cápita, mientras que las regiones con consistorios más saneados son Las Palmas, Vizcaya, Lugo, Zamora, Cantabria, Pontevedra y Navarra, todas con un nivel de pasivo inferior a los 100 euros por habitante. Sin embargo, entre los 500 y los 1.000 de deuda por persona destacan las provincias de Huelva, Zaragoza, Burgos, Madrid y Murcia.

Entre las 24 ciudades más grandes del país, solo seis han empeorado sus cifras en la última legislatura. Destaca Barcelona, que en el periodo aumentó su volumen cerca de un 70%. También empeoraron las cuentas de Bilbao, Córdoba, Valladolid, Gijón y A Coruña. Madrid registra ahora menos deuda que en 2019, pero en los últimos dos años la ha aumentado. Este repunte rompe una década de reducción de deuda desde los más de 7.000 millones que registró en 2012.

Pese a las grandes cifras y el aumento general del pasivo, explica Diego Martínez López, catedrático de Economía en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla e investigador en Fedea, las entidades locales han mostrado un “comportamiento bastante virtuoso” a lo largo del último año. La razón detrás de este argumento es que la deuda ha aumentado a un menor ritmo que el déficit, lo que muestra que gran parte de las corporaciones locales han amortizado parte de sus números rojos y saneado sus cuentas. Según los datos del Banco de España a los que hace referencia el experto, en 2023 la deuda ha aumentado en 267 millones de euros, mientras que el déficit lo hizo en más de 1.200 millones. “Que en esta circunstancia solo se haya registrado un pasivo de 267 millones es sorprendente”, afirma. Esto permite a los municipios encarar el año 2024 —cuando vuelven a estar en vigor las reglas fiscales que ponen límites al déficit y la deuda— desde un punto de partida relativamente cómodo.

Las entidades locales son tradicionalmente el subsector más saneado de las administraciones públicas. Esto se debe a varios motivos que vienen tanto del lado de los ingresos como del de los gastos. Los municipios gozan del principio de suficiencia financiera que otorga capacidad y margen para decidir, en materia fiscal y de endeudamiento, sobre los recursos necesarios para financiar la prestación de servicios que asuman.

La parte positiva es que sus ingresos suelen ser constantes y no dependen del ciclo económico, ya que beben principalmente de impuestos como el IBI, el de actividades económicas, el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica o el impuesto sobre incremento de terrenos de naturaleza urbana. Por su parte, los gastos suelen estar vinculados a servicios como la recogida de residuos, la iluminación o el mantenimiento de las calles, ya que los más costosos (sanidad, educación y dependencia) recaen en las comunidades autónomas. A esta situación se le suman las importantes transferencias de recursos que las entidades locales han recibido en los últimos años por parte de Hacienda.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal

_

Exit mobile version