MERCADOS

Los banqueros de inversión esbozan estos días una sonrisa con la reactivación de las salidas a Bolsa. Y es que las ofertas públicas de venta (OPV) son operaciones muy lucrativas para su negocio. Entre las colocaciones más importantes en lo que va de año en Europa figura la de Puig Brands. El gigante de la perfumería y la cosmética aterrizó en el parqué el pasado 3 de mayo. Se estrenó con una tasación para sus acciones de 24,5 euros y ahora cotiza a 26,71 euros. Es decir, se ha revalorizado un 9%.

A pesar de este rebote, los analistas creen que el valor todavía guarda potencial. Como sucede con muchas OPV, los primeros informes con recomendaciones para inversores que ha recibido la compañía proceden de los departamentos de análisis de las mismas entidades que contrató para salir a Bolsa. Y todos son —sorpresas las justas— bastante favorables. En concreto, sobre la compañía se han emitido siete recomendaciones, según datos recopilados por Bloomberg, seis son de comprar o sobreponderar y solo una aconseja a los clientes más cautela (neutral). Además, el precio objetivo medio que conceden a las acciones de Puig es de 30,46 euros, es decir, que ven que tiene un recorrido alcista del 14% sobre la cotización del cierre del pasado viernes.

El grupo de bancos que asesoraron a Puig en su salida a Bolsa estuvo liderado por dos pesos pesados de la industria, Goldman Sachs y JPMorgan. Además de los coordinadores globales, en la venta de acciones de la compañía también participaron Santander, Bank of America, CaixaBank, BNP Paribas, BBVA y Sabadell. Según figura en el folleto de la OPV remitido por la centenaria empresa catalana a la CNMV, los gastos totales del proceso de colocación, con el captaron cerca 3.000 millones de euros, ascendieron a 68,6 millones, que desembolsaron la propia compañía y la familia Puig. De esta cantidad, el 96% corresponde a los honorarios de los bancos de inversión por asegurar la venta de acciones. El resto de los gastos se destinaron a pagar las tasas oficiales (Iberclear, Bolsa, CNMV, Banco de España) y los honorarios de auditores, abogados y agencias de publicidad.

El misterio del ‘Green shoe’

La banda inicial de precios que dio Puig al mercado para su estreno bursátil fue una horquilla que iba de los 22 euros a los 24,5. Tras comprobar el apetito del mercado, y de común acuerdo con los bancos colocadores, se optó por el precio más alto de la banda. “La oferta ha sido sobresuscrita múltiples veces en todo el rango de precios”, explicó la propia compañía para justificar el precio final de la OPV.

Menos de dos meses después del estreno, los bancos colocadores empiezan a transmitir al mercado que se quedaron cortos con la valoración elegida. Uno de ellos es Goldman Sachs. La entidad, una de las firmas de inversión referentes a nivel global, solo decidió ejercer parcialmente el green shoe sobre las acciones de Puig. Con este tecnicismo se denomina una cláusula en los contratos de colocación de OPV, en la cual se permite a los colocadores vender más acciones de las previstas, en los casos en que la demanda llegue a ser mucho mayor de lo previsto. Este término tiene origen en la compañía Green Shoe Company, que utilizó esta clausula hace 70 años. El sistema fue creado para estabilizar el precio de la OPV en aquellos casos en que se produzca una fuerte demanda y el valor se desboque. Entonces, el problema se resuelve vendiendo acciones adicionales, obteniendo plusvalías sin riesgos, para el colocador.

A pesar de solo ejercer parcialmente el green shoe, síntoma de que hay apetito por las acciones, pero tampoco desmedido, Goldman Sachs ha publicitado un informe de inicio de cobertura muy positivo sobre Puig con una recomendación de comprar acciones y un precio objetivo de 30 euros. Según sus analistas, Puig es el “mejor de su clase” debido a la fortaleza de las marcas con las que opera (entre las que destacan Rabanne, Charlotte Tilbury o Carolina Herrera). “Creemos que la compañía puede lograr un crecimiento anualizado de las ventas del 11% en los próximos tres años de forma orgánica”, destacan.

Otro banco colocador que se deshace en elogios hacia Puig es Bank of America. Con un precio objetivo de 30 euros y una recomendación de comprar, el banco estadounidense destaca la capacidad de la compañía de seguir ganando cuota de mercado. Entre las entidades españolas que participaron en la salida a Bolsa, Banco Sabadell es de los más positivos con el valor. “Una compañía premium en su sector resiliente”, titulan desde el banco con sede en Valencia su informe de inicio de cobertura con una recomendación de comprar.

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