MERCADOS

Una enorme villa de lujo, restaurantes de alta cocina, hoteles de lujo y fiestas privadas. La vida de la colombiana María Teresa J. C., alias La modelo y nacida en 1973, era una fantasía hasta que el 20 septiembre de 2022 fue arrestada por la Policía Nacional en su propia vivienda de Marbella (Málaga). “Es la primera vez que se le consigue detener”, destacaron fuentes de la fiscalía después de que los agentes la tuvieran durante años en el radar. En la casa se halló un kilo de cocaína con el símbolo de Rolls-Royce, pero la investigación apunta a que supuestamente ejercía de intermediaria entre distintos traficantes de droga. El fiscal especial antidroga de Marbella, Carlos Tejada, la considera responsable de los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal y pide para ella diez años de prisión, según su escrito de acusación. Este lunes arranca el juicio que la juzgará junto a otros nueve acusados más, para quienes se solicitan penas de entre cinco y ocho años de cárcel.

La justicia ha avanzado en esta ocasión más rápido que en algunos de los casos recientes relacionados con el mundo de la droga y los ajustes de cuentas en la Costa del Sol, cuyos juicios se han celebrado hasta cuatro o cinco años después del arresto de los implicados. En este caso comienza 21 meses más tarde de la detención de quienes se sentarán desde esta mañana en el banquillo de los acusados. La declaración de todos ellos será el primer paso de las cuatro sesiones previstas. Entre ellos se encuentra también el danés Marc B., para quien las autoridades de su país han lanzado recientemente una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) para que sea juzgado en Dinamarca por otros delitos que se le imputan allí. Martes y miércoles serán los días dedicados a escuchar a una treintena de agentes que participaron en la investigación; y el jueves, a los peritos citados por las partes. Las conclusiones llegarán el 11 de julio, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

“Hay pocas mujeres con tanto poder. Este es un mundo habitualmente de hombres”, explicaba a EL PAÍS uno de los policías que participó en la operación que acabó con la detención de La Modelo. Fue un trabajo paciente que arrancó en 2020, después de que la oficina de estupefacientes francesa informara de la presencia de un grupo de colombianos y españoles en la Costa del Sol que tenían contactos con ciudadanos polacos en Marbella y daneses en Barcelona, todos con el presunto objetivo de introducir cocaína en el norte y este de Europa. Era una muestra más de la mayor internacionalización de las operaciones del narcotráfico en Marbella.

El Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado se encargó del asunto y se centró en María Teresa, a la que ya conocían porque su entorno ha mantenido siempre relaciones con el tráfico de drogas. Es lo que recuerda el propio fiscal en su escrito de acusación, donde indica que su exmarido, Michel Curtet, fue detenido en 2005 después de que se le intervinieran 6,1 toneladas de cocaína en Portugal. Su pareja más reciente M. R. S. también fue condenado en Dinamarca a 10 años de prisión por tráfico de estupefacientes. Está investigado en esta misma causa, pero se encuentra en rebeldía procesal y su paradero es desconocido, así que no será juzgado.

La investigación permitió recabar indicios que apuntaban a que La Modelo, presuntamente, ejercía de enlace para conseguir sustancias estupefacientes. Y que llevaba una vida de lujo, tanto en su casa en la urbanización Valdeolletas como en sus viajes, a pesar de no tener “actividad laboral acreditada”. Las pesquisas también llevaron a sospechar de la participación en el tráfico de drogas de distintas personas a las que incluso se le llegó a incautar decenas de kilos de marihuana. Tras su detención, ahora ella se enfrenta a de 10 años de prisión —ocho por tráfico de drogas y dos por pertenencia a grupo criminal— y el resto de acusados a penas que varía entre los cinco y los ocho años y medio de cárcel.

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