MERCADOS

El camino de España en la Eurocopa pareció algo más despejado durante una hora el domingo pasado en Fráncfort. Alemania, que hasta ese partido contra Suiza volaba en el torneo, se vio por primera vez por detrás en el marcador después de un gol de Ndoye. El resultado colocaba a los anfitriones como segundos de su grupo, lo que les enviaba al otro extremo del cuadro, lejos de la Roja. Pero Julian Nagelsmann apretó el botón del pánico y sacó a Niclas Füllkrug, que empató en el añadido (1-1), y Alemania apareció entonces como el rival más probable de España en los cuartos de final. Al técnico alemán le salió bien, y al mismo tiempo no tan bien: esquivó la derrota, pero se vio ante un encendido debate sobre qué delantero alinear este sábado en los octavos contra Dinamarca en Dortmund (21.00, La1).

Nagelsmann repitió once en los tres partidos de la fase de grupos, y la maquinaria parecía funcionar, salvo por la falta de acierto de Havertz, que solo consiguió marcar de penalti el primer día en la goleada a Escocia (5-1). Mientras, en los ratos sueltos de los que disponía emergía la figura de Füllkrug, que ha tirado tres veces y ha marcado dos goles.

El último fue el que complicó el camino de España. Nagelsmann envió al campo al delantero del Borussia Dortmund en el minuto 76, cuando el partido se les hacía bola, como explicó el técnico: “No nos dejaban mucho espacio, así que necesitábamos más centros y jugadores más altos. También adelantamos a Rüdiger para aumentar el poderío aéreo. Y funcionó”. Ya en el tiempo añadido, Raum puso desde la izquierda un centro al área, donde saltaron juntos el central del Real Madrid y Füllkrug, que cabeceó a la red.

El empate in extremis supuso un chute emocional para Alemania. En su campamento de Herzogenaurach, sede de Adidas y Puma, donde viven acosados por una plaga de mosquitos que les persigue cuando se asoman al aire libre, otorgan mucho valor a la remontada. Creen que para ganar grandes torneos los equipos siempre deben atravesar algún momento comprometido.

El propio Füllkrug apuntó en esa dirección: “El gol del empate es un momento que nos puede ayudar con todo durante el torneo. También el ambiente del equipo y del país. Fue una sensación buenísima. Es un alivio que pudiéramos tener esta alegría como equipo”.

El delantero del Dortmund tiene un don para encontrar premio saliendo desde el banquillo. Ha marcado siete goles en los 13 partidos en los que ha entrado desde la banda con la selección. En grandes torneos, su registro aún resulta más llamativo: cuatro tantos en seis intervenciones como segunda unidad. Ante las dificultades de Havertz para acertar, muchos en Alemania reclaman que esta noche deje ese papel de refresco y empiece el partido en el estadio que es su casa en la Bundesliga.

Nagelsmann no ve ese cambio como algo tan evidente: “En esos momentos es en los que realmente le necesitamos”, dijo. “Pero rinde tanto en el once inicial como saliendo desde el banquillo. Tiene buena y mala suerte al ser tan bueno en ese papel de revulsivo. Por eso le trajimos”.

Pese a que Havertz aún no ha marcado en juego, el seleccionador no muestra dudas sobre el delantero del Arsenal, a quien también considera un buen cabeceador: “Kai también puede jugar como delantero centro”, dijo. Ahí es donde más rendimiento le ha dado a Arteta en Londres. “Füllkrug es un jugador distinto. Depende de lo que necesitemos en cada partido”. El encuentro contra Suiza planteaba el reto de la escasez de espacios. “Al principio nos fue muy bien con Kai, porque es rápido, y los espacios eran muy reducidos, por lo que necesitamos jugadores que puedan moverse rápido en esas zonas”, explicó Nagelsmann, a quien le resulta especialmente útil la capacidad combinativa de Havertz.

Ayer volvieron a preguntarle por la disyuntiva: “Tengo la decisión tomada, pero no la voy a contar”.

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